Circular, trinitario, de ocho brazos, aro marco - con leyenda - ornada su banda interior con comentarios que también bordean los brazos formados por dos medias cañas unidas y ensanchadas en los extremos. Entre sus vanos se sitúan margaritas de diez pétalos. Cabe señalar la posibilidad de una intención simbólica, muy especial, de estas margaritas representadas tanto aquí en Jaca, como en Santa Cruz de la Serós y en San Juan de la Peña, en sus crismones y cruces, donde la carnosidad y redondez de sus pétalos y la amplitud de su núcleo, aproximan su fisonomía a la flor del beleño blanco, utilizado en la Edad Media como narcótico, y especialmente por la brujería en sus pócimas... ¿Se busca indicar el carácter de beatitud embriagadora que emana de la Divinidad?. Las letras son desiguales: P pequeña, con vano estilizado, Alfa y Omega desgajadas de los extremos de la branca transversal, de trazo armónico, y S grande pisada. Exteriormente dos leones afrontados al crismón pisan al oso y al basilisco, o cobijan al hombre que caza a la serpiente. Sobre aquellos y en la base del tímpano hay leyendas.
Se cuestionan diversas fechas de iniciación de la catedral románica (1054 ó 1074). Fue incendiada por los navarros en 1137 a consecuencia de los desórdenes producidos reinando Ramiro II. El crismón está cuarteado por varias grietas que lo cruzan en aspa, y en su parte superior izquierda restan vestigios de haber sufrido la piedra algún recalentamiento, demostrando que en esas fechas ya figuraba en la catedral. Parece corresponderse con la fase de reiniciación de las obras por el obispo Esteban.
